lunes, 17 de diciembre de 2012

LA MATANZA DEL ARRABAL (DE CÓRDOBA A CRETA).




El arrabal de Saqunda era una barriada muy populosa de Córdoba, en los tiempos en que la ciudad era capital del emirato.
Para quien conoce Córdoba, Saqunda se ubicaba en la lengua de tierra que ocupa el meandro del Guadalquivir en donde, por la torre de la Calahorra, desemboca el extremo sur del puente romano. Sus límites actuales serían, el mismo río y, aproximadamente, la Ronda de Poniente y la A-4.
En los tiempos del emir Alhaken I (796-822) en ese arrabal vivían solamente  dhimmníes; es decir, infieles, ya fuesen estos judíos o cristianos, que no eran gente digamos que económicamente poderosa.
Es el caso que, en un ambiente de alta tensión fiscal, religiosa y política, un buen día de 818 saltó una chispa. Una discusión entre un guardia de palacio y un armero del arrabal se liquidó con la muerte de éste. Se levantó Saqunda y algún otro barrio extramuros de  la ciudad, pero Alhaken, tras crudelísima matanza, consiguió controlar la situación no sin antes incendiar todas las viviendas de los dhimmníes.  El saqueo,  la represión y el degüello habían durado tres días, pasados los cuales el emir ordenó alto el fuego.
Y ahí se acabó Saqunda. Los 300 principales cabecillas del arrabal fueron crucificados bocabajo en las orillas del Guadalquivir. La población fue expulsada de allí, sus casa derribadas, levantados sus cimientos y el terreno roturado y sembrado de sal; en el área se estableció un cementerio. Aún en el siglo XIX nadie había vuelto a edificar en esa zona.
Así que en la primera quincena de abril de 818, cerca de 20.000 familias del arrabal salieron de sus casas en calidad de deportadas. El emir las obligó a ir en grupos pequeños, con lo que durante el viaje eran atacados por cuadrillas de bandidos que les robaban lo poco que llevaban consigo.
Un grupo pequeño se dirigió a Toledo; uno mayor, unas 5.000 familias, marchó a Fez, donde Idris II les alojó en un barrio de la recién fundada ciudad de Fez que, aún hoy en día, se llama “de los andaluces”.
Las demás, unos 15.000 cordobeses, embarcaron en Pechina (Almería) desde donde, por razones no bien conocidas, partieron hacia Alejandría, en Egipto. Al llegar se apostaron en los alrededores de la ciudad y, claro, los alejandrinos pretendieron expulsarles. Pero no sólo no les fue posible, sino que los exiliados se revolvieron, les derrotaron y, a la española, les pasaron a cuchillo quedando desde entonces dueños de la ciudad. 
 
Los cordobeses se habían aliado con miembros de alguna tribu enemiga de Alejandría, pero al fin se deshicieron de ellos derrotándoles también.
En 827, sin embargo, tras varios intentos, el gobernador de Egipto recuperó la ciudad. No expulsó militarmente a los cordobeses, sino que pactó con su jefe la salida de los expatriados hacia la isla de Creta, donde quedarían establecidos. El citado jefe se llamaba Abú Hafs Umar al-Ballutí (el Bellotero), natural de Fash al-Ballut, el Llano de las Bellotas, en Los Pedroches.
El Bellotero con sus hombres llegó a Creta y allí fundó un emirato independiente, de carácter hereditario, que perduró nada menos que casi  siglo y medio. La presencia de los saqundíes en Creta no gustó demasiado en Bizancio, que nunca supo muy bien si los conquistadores estaban allí a título personal o en nombre de al-Andalus.
Los cordobeses se dedicaron a la piratería, así que los bizantinos estaban como locos por reconquistar la isla y desalojar de allí a los proscritos. No lo consiguieron hasta que Nicéforo Focas, futuro emperador bizantino, al mando de la mayor flota jamás armada por el imperio, tras un año de asedio a la capital, la consigue ocupar en medio de un baño de sangre (961).
Los supervivientes fueron tomados como esclavos.  Abd al-Aziz al-Qurtubí (el Cordobés), último emir de esta saga, fue exhibido junto a su hijo Numan como trofeo en la capital imperial durante la celebración del triunfo. Un segundo hijo, Anemas, se hizo cristiano y sirvió al emperador bizantino, muriendo 2 años después en una batalla contra los rusos.



HISTORIA PARA AMIGUETES.- XXIX
13 DICIEMBRE DE 2012

1 comentario:

  1. Muy interesante lo que no llego a entender del todo es que en su origen eran cristianos, supongo que muy arabizados, y pronto a pesar del castigo se debieron hacer musulmanes, los de Fez y Creta.
    Un saludo

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